¿Cómo no iba a estar feliz? Tenía 20 años, entonces te crees el rey del mambo, te suda todo los cojones. Y claro, como tenía dinero, era todo felicidad, no tenia problemas.
Los dos estábamos muy enamoraos pero ella estaba tan dependiente de mí. Al final la monotonía mata, la llevaba a todos los laos, la convivencia era muy dura, éramos muy críos.
La llevaron sus padres a un centro y ahí descubrieron que tenía sida, se escapó y cuando vino me lo dijo, estuvo unos meses viviendo en casa de tu abuela, conmigo y luego al piso del tío Benito, luego ya compré yo el piso y lo arreglamos.
Pero en el piso la putada es que vivió poco, estuvo sólo meses en el piso nuevo y ya cayó mala.
No me acuerdo muy bien las inquietudes o lo que le gustaba… se apuntó a un curso de dibujo que hizo unos cuadros y eso, y de pintura y hostias, eso le gustaba. Le gustaba mucho la ropa de marca, siempre iba vestida de ropa de marca.
Era muy infantil, hasta hace poco tenía yo un saco de esos muñecos, lo guardaba y al final los tiré que ya estaban descompuestos y hechos mierda.
Historias del día a día. Te juntabas ahí y todos los días a lo mismo. Entones era típico subir al “Cora”.
Nos juntábamos todos cuando salíamos de trabajar, nos juntábamos 5 o 6 coches, en cada coche 4 o 5 tíos, toda la cuadrilla allá. Todo el día para arriba, para abajo con la furgoneta, sino no había hijo puta que aguantara. Todo el año por dos pesetas y sin seguridad social y sin nada… Dios.
Con la pasta que me he gastado, no hemos disfrutado de unas vacaciones en al vida.
Todas las vacaciones íbamos a intentar dejar la droga, cuando vas a desengancharte, el mono. No te apetece nada, estar a todo trapo y no poder disfrutar de ello, y haciendo mogollón de viajes pero que al final no te desenganchabas, o te desenganchabas y luego volvías.
"Yolanda" Ignacio Navas
http://www.ignacionavas.com/
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